Reseña: Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) de Chris Howard

Las Ciudades de Acero

Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) de Chris Howard

Mi valoración: 5 de 5 estrellas

En un mundo distópico, Banyan, de diecisiete años, es constructor de árboles. Con chatarra y objetos recuperados crea bosques para clientes ricos que buscan tener un oasis en medio del paisaje desolado.

Aunque Banyan nunca ha visto un árbol de verdad, pues desaparecieron hace más de un siglo, su padre solía contarle historias sobre el viejo mundo, pero eso acabó cuando lo raptaron...

Todo cambia cuando Banyan conoce a una mujer con un tatuaje extraño: una pista sobre la ubicación de los últimos árboles vivientes en la tierra, de modo que emprende un viaje por una carretera desolada de la que pocos regresan. Quienes logran sobrevivir a los piratas y a los saqueadores, no pueden escapar de las langostas, que ahora se alimentan de carne humana.

Sin embargo, Banyan no es el único que está en busca de los árboles, y el tiempo se le agota. Sin saber en quién confiar, se ve obligado a formar una difícil alianza con Alfa, una pirata atractiva y peligrosa con motivaciones propias.

Conforme se dirigen hacia una tierra prometida que podría no ser más que un mito, Banyan descubre hechos sorprendentes sobre su familia, su pasado y hasta qué extremo puede llegar la gente para traer los árboles de vuelta.

Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) es un buen libro de ciencia ficción, que transcurre en un mundo postapocalíptico en el que toda la vegetación y toda la fauna han desaparecido. Lo único que queda son los humanos, las langostas y el maíz.

El maíz es resistente a todo y fue creado por la empresa GenTech, que tiene la patente. GenTech extrae alimento para toda la población y materia prima para hacer combustible. Las langostas, que no se pueden alimentar del maíz, a falta de alimento, devoran a los humanos que se cruzan en su camino.

El planteamiento de la historia resulta muy interesante, acorde con la preocupación actual por las consecuencias que la mano del hombre puede provocar en el planeta. Asimismo, el ritmo de la novela es trepidante, sin tiempo para respirar, con giros y sorpresas que nos hacen querer saber más y más acerca de la historia.

Una distopía en toda regla, con personajes bien definidos y un mundo que se sostiene por sí solo.