Reseña: Los ladrones de Londres de Renée Holler

Los ladrones de Londres

Los ladrones de Londres de Renée Holler

Mi valoración: 5 de 5 estrellas

Año 1619. Alyss viaja a Londres escapando de su tío malvado, pero ignora que pronto será asaltada. Desconoce que tras las esquinas acechan grandes peligros. ¡Nadie está a salvo! El único que no tiene miedo es Jack, el ladrón; los callejones oscuros de la ciudad son su hogar. Primero desaparece su hermano menor y luego Alyss. ¿Conseguirán Jack y su banda resolver los misterios enigmáticos? ¿Desaparecerán los niños para siempre? Comienza una carrera contrarreloj.

Los ladrones de Londres es una gran novela histórica juvenil, con un toque de Oliver Twist y dos personajes entrañables como protagonistas.

Alyss vive con su padre y tienen una vida bastante acomodada. Su padre viaja frecuentemente a América y, mientras tanto, a ella la cuidan los empleados de confianza de su residencia. Sin embargo, en uno de sus viajes, el barco del papá se pierde y lo dan por muerto. El tío de Alyss, junto con su esposa y sus tres detestables hijos, van a vivir a la casa de Alyss y despiden a todos los sirvientes. Su plan es deshacerse de Alyss para así poderse quedar con toda su fortuna.

Cuando Alyss se entera de esto, decide huir de su casa, haciéndose pasar por un niño y portando una pequeña salamandra de oro que le dio su padre, el cual le dijo que si algún día necesitaba ayuda, le llevara esa salamandra de oro a un amigo de él que vivía en Londres que él la ayudaría. Emprende así la protagonista su aventura, pero en su desconocimiento, le roban en Londres la bolsa en la que lleva todo el dinero y la salamandra de oro. El ladrón es Jack.

Jack y su hermano pequeño vivían con su madre hasta que esta murió. Desde entonces, Jack ha cuidado de su hermano y han sobrevivido en las calles de Londres. Viven con una señora que les da alimento y dónde dormir a ellos y a varios niños, a cambio de que roben para ella. Sin embargo, el hermano de Jack ha desaparecido y este no lo encuentra por ninguna parte.

Con este planteamiento se cruzan las vidas de Alyss y de Jack, dos niños con dos vidas muy diferentes que se ayudaran mutuamente en todas las desventuras que se les presentan por el camino.

Una historia supremamente entretenida, con personajes muy bien desarrollados y una línea argumental que se sostiene y presenta giros inesperados.

Reseña: Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) de Chris Howard

Las Ciudades de Acero

Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) de Chris Howard

Mi valoración: 5 de 5 estrellas

En un mundo distópico, Banyan, de diecisiete años, es constructor de árboles. Con chatarra y objetos recuperados crea bosques para clientes ricos que buscan tener un oasis en medio del paisaje desolado.

Aunque Banyan nunca ha visto un árbol de verdad, pues desaparecieron hace más de un siglo, su padre solía contarle historias sobre el viejo mundo, pero eso acabó cuando lo raptaron...

Todo cambia cuando Banyan conoce a una mujer con un tatuaje extraño: una pista sobre la ubicación de los últimos árboles vivientes en la tierra, de modo que emprende un viaje por una carretera desolada de la que pocos regresan. Quienes logran sobrevivir a los piratas y a los saqueadores, no pueden escapar de las langostas, que ahora se alimentan de carne humana.

Sin embargo, Banyan no es el único que está en busca de los árboles, y el tiempo se le agota. Sin saber en quién confiar, se ve obligado a formar una difícil alianza con Alfa, una pirata atractiva y peligrosa con motivaciones propias.

Conforme se dirigen hacia una tierra prometida que podría no ser más que un mito, Banyan descubre hechos sorprendentes sobre su familia, su pasado y hasta qué extremo puede llegar la gente para traer los árboles de vuelta.

Las Ciudades de Acero (El constructor de árboles I) es un buen libro de ciencia ficción, que transcurre en un mundo postapocalíptico en el que toda la vegetación y toda la fauna han desaparecido. Lo único que queda son los humanos, las langostas y el maíz.

El maíz es resistente a todo y fue creado por la empresa GenTech, que tiene la patente. GenTech extrae alimento para toda la población y materia prima para hacer combustible. Las langostas, que no se pueden alimentar del maíz, a falta de alimento, devoran a los humanos que se cruzan en su camino.

El planteamiento de la historia resulta muy interesante, acorde con la preocupación actual por las consecuencias que la mano del hombre puede provocar en el planeta. Asimismo, el ritmo de la novela es trepidante, sin tiempo para respirar, con giros y sorpresas que nos hacen querer saber más y más acerca de la historia.

Una distopía en toda regla, con personajes bien definidos y un mundo que se sostiene por sí solo.