jueves, 6 de abril de 2017

Reseña: Los novios del invierno (La Pasaespejos, #1) de Christelle Dabos

Los novios del invierno (La Pasaespejos 1)

Los novios del invierno (La Pasaespejos, #1) de Christelle Dabos


Mi valoración: 5 de 5 estrellas


Bajo su bufanda desgastada, la cual tienen vida propia, y sus gafas de miope, que cambian de color según su estado de ánimo y se reparan solas, Ophélie esconde unos poderes singulares: puede leer el pasado de los objetos y atravesar los espejos.


Vive tranquilamente en el arca de Ánima, cuando la comprometen con Thorn, del poderoso clan de los Dragones. La muchacha debe abandonar a su familia y seguirlo a la Citacielo, la capital flotante del Polo, otra de las arcas. Allí se encontrará con un mundo frío e inhóspito, donde las intrigas políticas, la hipocresía y las traiciones se suceden. Nadie da un peso por esta chica, pero se equivocan al subestimarla.


¿Con qué fin fue escogida? ¿Por qué debe disimular su verdadera identidad? ¿En quién puede confiar?

Lo primero que tengo que decir de Los novios del invierno (La pasaespejos, #1) es que amé los personajes. Están muy bien construidos, son complejos y profundos. Ophélie es una heroína de las que caen bien: callada, inteligente, reservada, estoica, curiosa, decidida, deja que la gente la subestime, le gusta pasar desapercibida, pero mientras tanto, piensa, analiza, aprende y se fortalece. Auguro que su voluntad, al final, será más fuerte que la de los otros. Además, Ophélie es torpe por naturaleza, ¿cómo no amarla por eso? (Guiño a todos aquellos que me conozcan en persona).

Thorn, el prometido de Ophélie, a su vez, es un personaje complejísimo. No sabemos qué pensar de él, ni blanco ni negro. Es osco, rudo, taciturno, grosero, pero poco a poco vamos descubriendo que detrás de su fachada hay más de lo que se ve a simple vista. Tenemos a dos personajes calladísimos, ambos con una tremenda complejidad interna.

La tía de Ophélie, su chaperona, es muy divertida, me reí mucho con ella, igual que con Archibald, el embajador, y también con Renard, el amigo de Ophélie, que es encantador. En cuanto a Berenilde, la tía de Thorn, uno no sabe qué pensar de ella, si sus motivos son buenos o malos. A veces es cariñosa, a veces ruda, a veces egoísta.

Sumado a esta maravillosa gama de personajes, tenemos una construcción de mundo muy bien trabajada, que te transporta y te sumerge en este universo. Es un mundo rico, abundante, original. La imaginación y la magia en esta novela son desbordantes. Cada arca, cada mundo, es muy distinto del anterior. Las familias, los clanes y los poderes de los habitantes de cada región son muy diferentes.

Para algunos podría parecer un libro un poco lento, quizá lo sea, pero la construcción del mundo y de los personajes lo requiere. La novela parece simple, con una historia básica (dos jóvenes obligados a casarse, que no se aprecian a simple vista y se ven obligados a convivir), pero en última instancia es más compleja e interesante, siempre enmarcada por la maravillosa construcción del universo y de los personajes.

Puedo decir, sin lugar a dudas, que La Pasaespejos pasa a ocupar un lugar en mi estantería de libros favoritos. Hace mucho que una novela no despertaba los sentimientos que este libro despertó en mí.

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